Hace unos años, hablando de la iglesia de San Nicolás, se hizo alusión a la inscripción que figura en unos cuantos sillares a unos dos metros de altura sobre el suelo:
A ambos lados del presbiterio se encuentran dos lucillos en arco rebajado. El del lado de la epístola contiene un sarcófago en piedra de un personaje del linaje de los Ceballos, como se constata por el escudo que le cobija y la inscripción que recorre varios sillares del muro del evangelio: ESTA CAPILLA MANDÓ HACER EL HONRADO CABALLERO PEDRO DÍAZ DE ZEBALLOS EL NETO, VASALLO DEL REY E DOÑA MARÍA GUTIÉRREZ DE ESCALANTE SU MUJER, AÑO DE MCCCCLXXXIIII (1484). DEJÓ ANEXO A ELLA MEDIO TERCIO EN SAN PEDRO DE VIOÑO Y OTRO EN SANTA MARIA DEL MONTE Y UN SEXMO EN SAN ANDRÉS DE PENILLA Y PATRÓN AL SUCESO DE SU CASA DE ZEBALLOS NETO Y SIÉNDOLO D. FRANCISCO LUIS JOSEPH DE VELASCO ZEBALLOS, EL DE LA RUEDA Y NETO SE VOLVIÓ A HACER Y FABRICAR NUEVAMENTE DE PLANTA EN LOS AÑOS 1764, 65 Y 66".
Acabo de recibir un mensaje de un compañero de trabajo, Ramón González (Moncho) que vivió en Las Presillas hace muchos años, pero sigue de alguna manera vinculado al que fue su pueblo en la infancia y me envía la misma inscripción. Se la pasó Dn. Manuel, párroco de este pueblo muchos años. En una de las charlas le entregó un papel donde él había recogido la reseña que figuraba en las losas de piedra que coronaban las paredes de la iglesia. Dice así:
"Esta Capilla mandó hacer el onrado cavallero Pedro Diaz de Zevallos, el nieto vasallo del Rey y Dña. Maria Gutierrez de Escalante su muger año de MCCCCLXXXIIII dejó anejo a ella a medio tercio en San Pedro de Vioño y otro en Santa Maria del Monte y un sesmo en San Adrés de Perilas y Patrón al sucesor de su casa de Zevallos, nieto y siéndolo D.
Franciscco Luis José de Velasco Zevallos el de la Rueda y nietos. Se volvió ha acer, y fabricar nuevamente de Planta en los años de 1.764, 65 y 66".
Se puede observar que hay pequeños cambios ortográficos, probablemente debido a que el primer texto se adaptó para una publicación.
Un blog para dar a conocer el pueblo de Las Presillas, lugar en el que vivo, su historia, costumbres, barrios, lugares... pero sin olvidar mi gran afición: la montaña
sábado, 30 de junio de 2012
martes, 26 de junio de 2012
Torayas y el Llambrial de La Estaca 23-06-12
Desde que Treparriscos puso esta actividad en el foro siempre he tenido la sana envidia de recorrer esas traviesas, por las que pocas personas han pasado, y eso que todavía se encuentran vestigios de lo que puso ser un recorrido frecuentado por algún pastor que tenía el ganado en la zona de Torayas unas huertas herbosas en mitad de un mar de caliza unos cientos de metros por encima de la senda del Cares. Por encima unos enormes paredones la separan de la abandonada cabaña de Las Envernadas y Cuestas Sagradas, y a más distancia pero casi a la misma altura la majada de Ondón.
Torayas parece un recinto de verdor inexpugnable en el que algunos pastores han sabido encontrar dos accesos que ya han quedado en el olvido, por la parte alta a través de El Galastrón, un estrecho paso cercano a Las Envernadas, y otro bastante más complicado y difícil que parte desde el Saigu recorriendo traviesas herbosas por el mítico Llambrial de la Estaca.
1. El itinerario desde el otro lado del Cares
Había que buscar un día soleado y un buen compañero motivado para recorridos de este tipo, donde lo importante no es conseguir ninguna cumbre sino seguir los pasos de algunos pastores que arriesgaban su vida a diario por traviesas que nos parecen inverosímiles. Con Alfonso lo teníamos pendiente desde que nos dimos cuenta que nos gustaban retos de este tipo, y este sábado nos aventuramos por la canal del Saigu en busca del inicio de la traviesa, que comienza a unos 900 m, por encima de un característico picachín que forma un pequeño collado en el que empieza la aventura.
2. Subiendo por el Saigu, Alfonso llegando al picachín de entrada
Justo en el collado, hacia donde se intuye llegan huellas de paso de animales, la cosa se pone seria, por eso los pastores colocaron un grueso alambre amarrado a soportes metálicos incrustados en la roca. Desde allí la vista se encamina hacia el único sitio posible de continuar, pero nos parece increíble que por ahí se pudiera pasar. Avanzamos unos metros pero las dudas impiden continuar porque el riesgo es grande y la hierba y la roca continúan muy mojadas, así que damos media vuelta y volvemos a la canal del Saigu, descansamos, comemos y cuando nos disponemos a bajar, al poco tiempo volvemos a echar un ojo a la traviesa, observamos que la hierba se va secando por el calor y damos la vuelta ya con una intención clara de superar la llambria.
3. Nos vamos acercando al comienzo, ya se ve el Llambrial de la Estaca
4. Justo antes del collado nos encontramos con esto
5. Al otro lado una herradura, más estacas…
6. El paso del Llambrial de la Estaca
Colocarse en la base de la llambria tiene su miga, debo reconocer que en solitario no me hubiera atrevido, y después vienen unos 10 metros de llambria con un gran patio, y que yo considero el paso clave de la ruta. Ahí estaba la estaca, nosotros la encontramos suelta a mitad del Llambrial, y así la dejamos, no es un sitio donde te puedes entretener mucho y continuamos hasta una cueva unos metros por encima donde se observa que los pastores cogían agua, allí se ven los restos de un vaso antiguo de cristal bajo la gotera.
7. Todo el itinerario va por repisas en hierba y roca
8. Se atraviesa esta canal, por encima del collado que se intuye a la derecha
A partir de aquí se hace una travesía y se entra en una canal por la que se asciende unos 50 m, para salir de ella por un collado al que hay que trepar por hierba y roca. Desde arriba se continúa con tendencia descendente, bajando de repisa en repisa. Íbamos sobre aviso de que para llegar a un senderín que se veía más abajo nos íbamos a encontrar con otro destrepe interesante, que los pastores cononían como el Llambrial de Gargoriu. No debimos cogerlo por el mejor sitio porque no encontramos el alambre que fotografió Treparriscos, y nos costó descenderlo para llegar a la terraza de abajo por la que ya el sendero parece en momentos más marcado.
9. Alfonso después de haber destrepado el llambrial de Gargoriu
10. Vistas sobre Llamero y Fuentes de Rama
11. En perspectiva el picacho de entrada a la traviesa
En poco tiempo alcanzamos un collado con vistas hacia el desfiladero del Cares, el lugar bien merece una parada para descansar y hacer fotos. Como no quería llegar muy tarde a casa, decidimos aquí empezar a trepar hacia la Cresta en busca de la Traviesa Torayas. Durante toda la trepada se tiene una estupenda vista sobre los pastos de Torayas, hoy en día en deshuso, pero que debieron tener su importancia ya que todavía se conservan algunos restos de lo que los pastores hicieron para facilitar el paso del ganado a la zona, con escaleros o tallados en la llambria…
12. Subiendo la Cresta en dirección a la Traviesa Torayas
13. Muros infranqueables bordean Torayas por el norte
La traviesa Torayas es más ancha de lo que desde abajo parecía y es toda una delicia recorrerla hasta su salida por el Galastrón sobre la cueva la Traviesa. Una vez superado este paso nos encaminamos en busca de la cabaña de Las Envernadas para desde allí buscar el mejor sendero que nos vaya conduciendo a Pregüeles e incorporarnos a la ruta del Cares, menos transitada que en otras ocasiones debido al desprendimiento que corta la comunicación directa entre Poncebos y Caín.
14. Desde la traviesa ya vemos la zona de salida hacia Las Envernadas
15. En este punto observamos 5 escalones tallados en la llambria
16. Alfonso saliendo por el Galastrón, después comenzamos el descenso.
Torayas parece un recinto de verdor inexpugnable en el que algunos pastores han sabido encontrar dos accesos que ya han quedado en el olvido, por la parte alta a través de El Galastrón, un estrecho paso cercano a Las Envernadas, y otro bastante más complicado y difícil que parte desde el Saigu recorriendo traviesas herbosas por el mítico Llambrial de la Estaca.
1. El itinerario desde el otro lado del Cares
Había que buscar un día soleado y un buen compañero motivado para recorridos de este tipo, donde lo importante no es conseguir ninguna cumbre sino seguir los pasos de algunos pastores que arriesgaban su vida a diario por traviesas que nos parecen inverosímiles. Con Alfonso lo teníamos pendiente desde que nos dimos cuenta que nos gustaban retos de este tipo, y este sábado nos aventuramos por la canal del Saigu en busca del inicio de la traviesa, que comienza a unos 900 m, por encima de un característico picachín que forma un pequeño collado en el que empieza la aventura.
2. Subiendo por el Saigu, Alfonso llegando al picachín de entrada
Justo en el collado, hacia donde se intuye llegan huellas de paso de animales, la cosa se pone seria, por eso los pastores colocaron un grueso alambre amarrado a soportes metálicos incrustados en la roca. Desde allí la vista se encamina hacia el único sitio posible de continuar, pero nos parece increíble que por ahí se pudiera pasar. Avanzamos unos metros pero las dudas impiden continuar porque el riesgo es grande y la hierba y la roca continúan muy mojadas, así que damos media vuelta y volvemos a la canal del Saigu, descansamos, comemos y cuando nos disponemos a bajar, al poco tiempo volvemos a echar un ojo a la traviesa, observamos que la hierba se va secando por el calor y damos la vuelta ya con una intención clara de superar la llambria.
3. Nos vamos acercando al comienzo, ya se ve el Llambrial de la Estaca
4. Justo antes del collado nos encontramos con esto
5. Al otro lado una herradura, más estacas…
6. El paso del Llambrial de la Estaca
Colocarse en la base de la llambria tiene su miga, debo reconocer que en solitario no me hubiera atrevido, y después vienen unos 10 metros de llambria con un gran patio, y que yo considero el paso clave de la ruta. Ahí estaba la estaca, nosotros la encontramos suelta a mitad del Llambrial, y así la dejamos, no es un sitio donde te puedes entretener mucho y continuamos hasta una cueva unos metros por encima donde se observa que los pastores cogían agua, allí se ven los restos de un vaso antiguo de cristal bajo la gotera.
7. Todo el itinerario va por repisas en hierba y roca
8. Se atraviesa esta canal, por encima del collado que se intuye a la derecha
A partir de aquí se hace una travesía y se entra en una canal por la que se asciende unos 50 m, para salir de ella por un collado al que hay que trepar por hierba y roca. Desde arriba se continúa con tendencia descendente, bajando de repisa en repisa. Íbamos sobre aviso de que para llegar a un senderín que se veía más abajo nos íbamos a encontrar con otro destrepe interesante, que los pastores cononían como el Llambrial de Gargoriu. No debimos cogerlo por el mejor sitio porque no encontramos el alambre que fotografió Treparriscos, y nos costó descenderlo para llegar a la terraza de abajo por la que ya el sendero parece en momentos más marcado.
9. Alfonso después de haber destrepado el llambrial de Gargoriu
10. Vistas sobre Llamero y Fuentes de Rama
11. En perspectiva el picacho de entrada a la traviesa
En poco tiempo alcanzamos un collado con vistas hacia el desfiladero del Cares, el lugar bien merece una parada para descansar y hacer fotos. Como no quería llegar muy tarde a casa, decidimos aquí empezar a trepar hacia la Cresta en busca de la Traviesa Torayas. Durante toda la trepada se tiene una estupenda vista sobre los pastos de Torayas, hoy en día en deshuso, pero que debieron tener su importancia ya que todavía se conservan algunos restos de lo que los pastores hicieron para facilitar el paso del ganado a la zona, con escaleros o tallados en la llambria…
12. Subiendo la Cresta en dirección a la Traviesa Torayas
13. Muros infranqueables bordean Torayas por el norte
La traviesa Torayas es más ancha de lo que desde abajo parecía y es toda una delicia recorrerla hasta su salida por el Galastrón sobre la cueva la Traviesa. Una vez superado este paso nos encaminamos en busca de la cabaña de Las Envernadas para desde allí buscar el mejor sendero que nos vaya conduciendo a Pregüeles e incorporarnos a la ruta del Cares, menos transitada que en otras ocasiones debido al desprendimiento que corta la comunicación directa entre Poncebos y Caín.
14. Desde la traviesa ya vemos la zona de salida hacia Las Envernadas
15. En este punto observamos 5 escalones tallados en la llambria
16. Alfonso saliendo por el Galastrón, después comenzamos el descenso.
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