
La Iglesia de San Nicolás es el templo parroquial, situado en la vega del barrio de Abajo, camino de Zurita. Su origen se remonta a la época altomedieval, según se deduce del capitel conservado en el Museo de Prehistoria y Arqueología de Santander, que pertenecería a una iglesia prerrománica, del siglo IX. Muestra dos coronas de hojas de acanto (símbolo de la eternidad), de clara influencia asturiana.
El actual templo fue reedificado a mediados del siglo XVIII, sobre otra construcción de finales del siglo XIV. Dispone de una planta rectangular en la que se distribuyen longitudinalmente el ábside cuadrado y la nave de cuatro tramos y un poco más ancha, a la que se adosan dos capillas laterales formando un falso crucero: la capilla del Rosario (quizás antigua capilla bautismal) y la sacristía. Todas las cubiertas son de crucería, la del presbiterio de terceletes, mientras que las de la nave son simples con nervios de refuerzo. La bóveda de la capilla del Rosario es de medio cañón, de grandes sillares, lo que hace pensar en su mayor antigüedad con respecto al resto de la fábrica. Precisamente, al realizarse obras de acondicionamiento del templo en 1986, se descubrió en su muro frontal una pintura mural que fue picada. En el momento de ser comunicado el hallazgo ya solamente se podían constatar algunos restos de la misma en su parte inferior, deduciéndose de ellos que se trataba de una cruz, rodeada de los símbolos de la Pasión: columna, flagelo, escalera, hisopo, esponja, lanza, túnica, dados y gallo. En la parte superior se apreciaba la cabeza del Salvador con los brazos abiertos, rodeado del sol y las estrellas. Destaca el rebaje de los arcos fajones de cada tramo, lo que determina la poca altura del templo. A los pies se eleva la torre de sillería, de tres cuerpos.
Hasta el siglo XVIII perteneció al monasterio de San Martín de Elines (Valderredible), pasando luego a depender de la familia Ceballos, aunque también parece que tenía derechos sobre el diezmo el Monasterio de Monte Corbán. La parroquia de San Nicolás cobraba los diezmos de las iglesias de San Pedro de Vioño, Santa María de Monte y San Andrés de Penilla.
En el Inventario de 1729 se citan los altares de Nuestra Señora del Rosario, Nuestra Señora del Carmen, Altar de San Roque y Altar de San Sebastián. Tres cálices, uno donado por D. Francisco de Zeballos Estrada, de plata sobredorada y una cruz grande de plata, con astil de madera negra.
El actual templo fue reedificado a mediados del siglo XVIII, sobre otra construcción de finales del siglo XIV. Dispone de una planta rectangular en la que se distribuyen longitudinalmente el ábside cuadrado y la nave de cuatro tramos y un poco más ancha, a la que se adosan dos capillas laterales formando un falso crucero: la capilla del Rosario (quizás antigua capilla bautismal) y la sacristía. Todas las cubiertas son de crucería, la del presbiterio de terceletes, mientras que las de la nave son simples con nervios de refuerzo. La bóveda de la capilla del Rosario es de medio cañón, de grandes sillares, lo que hace pensar en su mayor antigüedad con respecto al resto de la fábrica. Precisamente, al realizarse obras de acondicionamiento del templo en 1986, se descubrió en su muro frontal una pintura mural que fue picada. En el momento de ser comunicado el hallazgo ya solamente se podían constatar algunos restos de la misma en su parte inferior, deduciéndose de ellos que se trataba de una cruz, rodeada de los símbolos de la Pasión: columna, flagelo, escalera, hisopo, esponja, lanza, túnica, dados y gallo. En la parte superior se apreciaba la cabeza del Salvador con los brazos abiertos, rodeado del sol y las estrellas. Destaca el rebaje de los arcos fajones de cada tramo, lo que determina la poca altura del templo. A los pies se eleva la torre de sillería, de tres cuerpos.
Hasta el siglo XVIII perteneció al monasterio de San Martín de Elines (Valderredible), pasando luego a depender de la familia Ceballos, aunque también parece que tenía derechos sobre el diezmo el Monasterio de Monte Corbán. La parroquia de San Nicolás cobraba los diezmos de las iglesias de San Pedro de Vioño, Santa María de Monte y San Andrés de Penilla.
En el Inventario de 1729 se citan los altares de Nuestra Señora del Rosario, Nuestra Señora del Carmen, Altar de San Roque y Altar de San Sebastián. Tres cálices, uno donado por D. Francisco de Zeballos Estrada, de plata sobredorada y una cruz grande de plata, con astil de madera negra.

A ambos lados del presbiterio se encuentran dos lucillos en arco rebajado. El del lado de la epístola contiene un sarcófago en piedra de un personaje del linaje de los Ceballos, como se constata por el escudo que le cobija y la inscripción que recorre varios sillares del muro del evangelio: ESTA CAPILLA MANDÓ HACER EL HONRADO CABALLERO PEDRO DÍAZ DE ZEBALLOS EL NETO, VASALLO DEL REY E DOÑA MARÍA GUTIÉRREZ DE ESCALANTE SU MUJER, AÑO DE MCCCCLXXXIIII (1484). DEJÓ ANEXO A ELLA MEDIO TERCIO EN SAN PEDRO DE VIOÑO Y OTRO EN SANTA MARIA DEL MONTE Y UN SEXMO EN SAN ANDRÉS DE PENILLA Y PATRÓN AL SUCESO DE SU CASA DE ZEBALLOS NETO Y SIÉNDOLO D. FRANCISCO LUIS JOSEPH DE VELASCO ZEBALLOS, EL DE LA RUEDA Y NETO SE VOLVIÓ A HACER Y FABRICAR NUEVAMENTE DE PLANTA EN LOS AÑOS 1764, 65 Y 66"
Otras tres tapas de sepulcros de la misma época, siglos XIV y XV, se encontraban depositadas hasta hace algunos años a los pies de la torre y algunas se pueden contemplar en la rivera del cercano río, sirviendo de muro de contención de una finca.
Otro elemento a destacar es la ventana meridional del ábside, que al exterior se decora con una excelente labra barroca, de pilastras laterales y frontón curvo partido.
No quedan apenas restos de la primitiva decoración del templo que debió ser a base de retablos barrocos, algunos desaparecieron durante la guerra civil, luego sustituidos por hornacinas neogóticas de madera en su color, desmontados tras la reforma de 1986. Parece que en 1856 se hizo el retablo o el altar mayor por "dos maestros italianos, un tal Blas y compañero", con dinero enviado desde Cádiz para adorno de la iglesia por D. Ramón Torre.

Sí se conserva el original retablo en piedra de la capilla entre contrafuertes del lado de la epístola, dedicada a la Virgen del Carmen y a San Cristóbal, con su decoración característica de florones en la predela y la hornacina. La pila bautismal es troncocónica invertida y sin decoración, y la pila de agua bendita lleva flores y rostros humanos en su copa y sogueado en el borde. Ambas pertenecen a la misma época del templo.
Merecen reseñarse así mismo dos muebles del siglo XVII que adornan el presbiterio: un escaño con el escudo de los Ceballos sostenido por leones en el respaldo y un hermoso sitial o sillón frailero, con escudo de la misma familia.
Ambos se citan en la visita episcopal de 1709 y se encontraban en el presbiterio, ordenándose que se pongan debajo del coro. La ocupación de espacios preferentes en el templo por parte de las familias nobles era muy corriente, pero desde el siglo XVIII se intenta relegar esta costumbre por parte de las autoridades eclesiásticas. En ocasiones se retiraban las tarimas y los bancos para la visita de inspección pero después se volvían a colocar.
4 comentarios:
Gracias por recopilar tanta información, muy interesante.
En 1685 , existe un pleito en la BNE, donde se cita un incidente en esta Iglesia, lo cito por interesante...
"Pleito de Pedro Alejandro de Ceballos Bracho, vecino del lugar de Ontaneda, jurisdicción del valle de Toranzo (Cantabria). CONTRA Doña Luisa Francisca Rivero de la Concha, viuda del Capitán don Juan Antonio de Velasco caballero de la Orden de Santiago, gentil hombre de la boca de Su Majestad y señor mayor de las casas y solar de Velasco y Ceballos situadas en el lugar de Presillas y en el de Zurita, patrón de la iglesia parroquial de San Nicolás y su capilla mayor del citado lugar de Presillas., Don Gaspar de Velasco Ceballos su hijo. Vecinos del lugar de Presillas., Don Juan de los Ceballos propietario, vecino del valle de Castañeda., Don Juan de Ceballos Netto propietario, vecino del lugar de Presillas., Domingo Antonio Negro criado de doña Luisa Francisca, natural de la ciudad de Cabo Verde en los reinos de Indias., Catalina de la Riva, criada de doña Luisa Francisca. y María de Ceballos propietaria, vecina del lugar de Presillas, jurisdicción del valle de Torenzo. Y consortes sobre A: Acusarles primero, de haberse reunido en casa de doña Luisa Francisca el 1-3-1685 para organizarse e intentar matarle, como lo procuraron yendo a buscarle a la feria del lugar de Vargas, de la misma jurisdicción, y de jactarse de que en otra ocasión matarían a su padre don Benito de Ceballos Bracho y a su cuñado don Manuel de Ceballos.
Segundo, de disparar a los tres, a él, su padre y su cuñado, un arcabuzazo desde detrás de una cerradura.
Tercero, de volver a reunirse el 21-3-1685 con igual propósito y salir a buscarle al sitio de San Benito.
Cuarto, de que el 29-4-1685, domingo, estando quieto y pacífico oyendo misa en la mencionada iglesia parroquial de San Nicolás, en un asiento propio de su padre don Benito, que a su vez había heredado del suyo, el citado don Juan de Ceballos y los demás le amenazaron con sus espadas mientras doña Luisa Francisca decía a los suyos no tenéis buena sangre si no le matáis.
B: Acusarles de abandonar la casa de doña"
Fuente: Ministerio de Cultura.
http://pares.mcu.es/ParesBusquedas/servlets/Control_servlet?accion=3&txt_id_desc_ud=535720&fromagenda=N
Saludos. Oscar Oria. galizano90@gmail.com
Quiero decirles que tengo muchisimas ganas de conocer la Iglesia de San Nicolas!!! me pregunto que movimiento habra hoy en día a partir del nombramiento del nuevo papa argentino!?!
Buenas tardes: me gustaria localizar datos de los primitivos Ceballos en Presillas, para hacer un trabajo que ira en https://www.facebook.com/groups/189172277807285/. poniendo claramente su autor y procedencia.
Un saludo
Pantxike Kontreras
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